Su muerte

En 1973, el último año de su vida, Víctor Jara se desempeñaba como docente en el Departamento de Comunicaciones de la Universidad Técnica del Estado (actual Usach). 

El día 11 de septiembre, durante el golpe militar, fue detenido junto a un grupo de 600 profesores y alumnos que se encontraban en dicha Casa de Estudios. Luego de su aprehensión, fue trasladado al Estadio Chile


En 1990 la Comisión Verdad y Reconciliación determinó que fue acribillado el 16 de septiembre de 1973 en el Estadio Chile. 

El cantautor fue brutalmente torturado. Le fracturaron sus dedos para que no pudiera tocar la guitarra, ya que mientras estuvo prisionero nunca dejó de cantar el himno de la Unidad Popular, "Venceremos". Luego de tres días de martirio, fue acribillado en el Estadio Chile, que desde el 2003 fue rebautizado en su honor con el nombre de “Estadio Víctor Jara”.

Dos días más tardes Joan Jara, su esposa, debió sepultarlo de forma clandestina, acompañado sólo por dos personas.

36 años después investigan las causas de asesinato


El 4 de Junio  del 2009 el cuerpo de Víctor Jara fue exhumado por orden del juez Juan Fuentes, quien investigaba el crimen del cantautor. Los restos analizados por los especialistas del Servicio Médico Legal (SML) revelaron más de 30 heridas de bala y huellas de torturas en los huesos de Jara.


El informe médico del SML arrojó que los restos presentaban "múltiples fracturas por heridas de bala que provocaron un shock hemorrágico en un contexto de tipo homicida". El director de dicho organismo, Patricio Bustos, sostuvo que algunas de sus lesiones óseas fueron provocadas por "objetos contundentes".


Luego de las pericias correspondientes el cuerpo de uno de los artistas chilenos más universales fue entregado a su familia. Su velatorio se efectuó durante el 3 y 4 de diciembre con homenajes que se extendieron durante día y noche de forma ininterrumpida.


El funeral se desarrolló el sábado 5 de diciembre en medio de canciones, música, danza y lecturas de poesía. Una manta roja cubrió el ataúd, y el cortejo marchó a pie desde la Fundación Víctor Jara hasta el Cementerio General, donde descansa actualmente.